Las pequeñas cosas
están, a veces, revestidas de una
comicidad espectacular
Hoy acompañe a mi amiga Rita al médico. Rita es finlandesa y
hace poco que vive en Cataluña.
Cuando apareció la joven enfermera para tomarle la presión,
saludó diciendo: hola Rita!,(jeje) ¡cómo Rita
la cantaora! y acompañó sus palabras con una pose de brazos al estilo flamenco.
Rita y yo sentadas una al lado de la otra no dijimos nada. La enfermera tomó la
presión y fue unos instantes más tarde, al oír la voz de Rita, que empezó a darse cuenta de que Rita no era
española, y creo que pensando en la pose que había hecho y dirigiéndose a mí dijo:
no es española verdad?
La enfermera marchó, volviéndonos a quedar solas una al
lado de la otra en la sala de espera. Fue al cabo de unos minutos de silenció
que me estalló la carcajada, fruto de la
recreación de la escena. La enfermera haciendo como si bailara flamenco, mi
amiga Rita seria, mirándola sin entender el gesto, sin decir nada.
Le expliqué entonces a Rita lo de Rita la cantaora y cómo
se usaba esa frase, en que momentos etc. Rita rió y me dijo que ya había
intuido algo así. También me dijo que la próxima vez que le preguntaran su
nombre diría: Rita, cómo Rita la cantaora! , y acompañó esta vez ella la frase
con la pose flamenca al más puro estilo finlandés. Ahora
reímos las dos.
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